Usain Bolt: La Final de 100 metros más rápida de la historia

Hemos sido privilegiados al formar parte de una generación que vio correr a Usain Bolt. De eso pocos dudan, y mucho menos quienes atestiguaron aquella irrupción brutal con récord incluido en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y su posterior auto superación, a tal punto que los ojos humanos situaban la atención en las pistas sin saber hasta dónde llegaría él fuera de serie jamaicano.

You voted and here it is.

Today's magic moment is @usainbolt 100m world record from Berlin 2009!

What better way to celebrate such an incredible venue which is currently playing hosts to the @EuroAthletics champs! pic.twitter.com/dyBtmozXqB

— World Athletics (@WorldAthletics) August 10, 2018

Es esta, repito, una generación de notables ventajas: solo los contemporáneos vieron correr a Bolt, pero también jugar al fútbol a Messi y Cristiano Ronaldo, al baloncesto a LeBron James y al tenis a Nadal, Federer y Djokovic, por solo citar algunos de los “extraterrestres” que nos han hecho felices o infelices, depende del grado de simpatía.

Sin embargo, volviendo a Bolt, no puede mirarse ya al genio jamaicano como el único fuera de serie y sí como el líder de una camada gloriosa que nos regaló también en el Mundial de Berlín 2009 la carrera más rápida de la historia. Y horita, como quien dice, se cumplirán ya 14 años de aquella barbaridad aunque parezca que fuese ayer.

Bolt relegó a segundos planos a hombres que en cualquier otro momento de la historia habían sido infinitamente superiores a los demás. Y Berlín, además, rompió todos los estigmas de los mundiales post Juegos Olímpicos e instauró el nivel del campo y pista global a niveles extraordinarios, incluso mejores que en la cita bajo los cinco aros precedentes.

Volvamos a aquella mítica carrera en la que siete corredores corrieron para 10 segundos o menos: Bolt destroza el récord del mundo y lo sitúa en un 9.58 segundos impensado jamás. El jamaicano batió el récord mundial por el mayor margen de la historia: 11 centésimas de segundo, es decir, lo despedazó y mucho tuvieron que ver en ello sus rivales, que lo presionaron de buena manera.

Tyson Gay debió verlo casi a lo lejos y eso que hizo un 9.71 también impresionante, récord nacional de Estados Unidos, un país prolífico en buenos velocistas, mientras tercero ancló Asafa Powell con 9.84. Los cronos de ambos les habrían bastado para ganar si no existiesen sus rivales de turno. Los tiempos de los lugares cuatro y cinco (Daniel Bailey y Richard Thompson, de Antigua y Barbuda y Trinidad y Tobago respectivamente) son igualmente excelentes: 9.93, mientras sexto y séptimo (Dwain Chambers, de Reino Unido y Marc Burns, de Trinidad) corrieron el hectómetro en 10.00. Solo Darvis Patton quedó lejos, a lo mejor para ver mejor el espectáculo, con 10.34.

En ese mismo escenario Bolt volvería a dejar atónitos a todos con sus 19.19 segundos en los 200 metros planos. Fue en medio de una trayectoria brillante, su momento más brillante. Después de Berlín, incluso para él, para quien no existían prácticamente los imposibles, romperse sus propios registros no volvió a estar al alcance.

Por eso vuelve a la memoria una y otra vez aquella imagen en la capital alemana, 70 mil personas de pie aplaudiéndole y rindiéndose a sus pies, felices de que la vida les haya otorgado el invaluable privilegio de coincidir con semejante fenómeno.

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