El alero Carmelo Anthony confirmó lo que muchos sospechaban: su tiempo como jugador en la NBA se terminó. En un video subido a su Instagram, “Melo” hizo el esperado anuncio.
A nadie tomó el asunto por sorpresa. Después de todo, llevaba un año sin jugar profesionalmente, tenía pocas opciones de ser fichado, y menos aún de jugar. Un jugador de su calibre, elegido entre los 75 mejores de la historia de la liga, no se merecía el banco.
Ya había superado esa suerte de humillación que representó que los Houston Rockets lo cortaran, sin contemplaciones. Su viejo amigo LeBron James propició su llegada a Los Angeles Lakers, donde pasó sin pena ni gloria, pero anotó sus puntos.
«Estaré siempre agradecido a todo el mundo (que me apoyó) en todos los lugares en los que estuve, porque ellos me forjaron, Carmelo Anthony», comentó en su post. No fueron pocos escenarios, aunque sus momentos de gloria los vivió en Denver y New York.
A la franquicia de Colorado llegó luego de ser una estrella colegial con sus trenzas y su banda, con los Orangeman de Syracuse. Oriundo de Brooklyn, de padre boricua y madre afroamericana, Carmelo se sintió a sus anchas en la universidad neoyorquina.
En su primera y única temporada en el circuito universitario llegó al Final Four, y en la final anotó 20 puntos, capturó 10 rebotes y repartió 7 asistencias. Fue, sin problema alguno, el MVP. La mesa estaba servida para el próximo paso: la NBA.
LA PIFIA DE DETROIT
Con LeBron como número uno indiscutible del draft del 2003, todos creían que los Detroit Pistons usarían su derecho a elegir segundos para llevarse a Carmelo. Sin embargo, por alguna razón Detroit se decantó por el serbio Darko Milicic, un auténtico fiasco, y en Colorado vieron los cielos abiertos.
Los Denver Nuggets, el equipo que ahora está a una victoria de llegar a las Finales, se llevaron a “Melo” y la franquicia vivió una época dorada hasta 2011. El impacto fue inmediato, 17 victorias más que la campaña previa, y clasificación a playoff. Carmelo escoltó a LeBron en la votación del Novato del Año.
Con la llegada de George Karl al timón, los Nuggets fueron imponentes en temporada regular, pero siempre naufragaban en primera ronda. Así hasta la campaña 2008-2009, cuando llegaron a la final de la Conferencia Oeste, pero cayeron en seis partidos ante los Lakers.
«Pero ha llegado el momento para mí de decir adiós. A la cancha donde me forjé un nombre, al juego que me dio sentido y orgullo. Pero este es un adiós agridulce de la NBA, estoy emocionado por lo que venga ahora». Al año siguiente, tras la pausa del All Star, fue canjeado a los New York Knicks.
HOODIE MELO
En la Gran Manzana logró su primer título de anotación, con 28,7 puntos, pero los Knicks cayeron en segunda ronda ante los Boston Celtics. Se volvió más certero en el tiro de media distancia, pero ya el cuerpo se resentía, y en 2014 se perdió los playoffs por primera vez en su carrera.
A finales de la temporada de 2017 había conseguido varios hitos con los Knicks, pero sus roces con el presidente Phil Jackson lo llevaron a exigir el traspaso. Se fue, pero ya nada fue lo mismo. Su paso por los Oklahoma City Thunders, Houston Rockets, Portland Trail Blazers y los Lakers fue más bien anecdótico. De vez un cuando un recital y destellos de su grandeza pero, como el cuervo de Poe, nada más.
A nivel internacional estuvo en un Mundial y cuatro Olímpicos, siendo miembro del llamado Re-Deem Team que se coronó invicto en Beijing-2008. Además, disputó 10 Juegos de las Estrellas, y en las postrimerías de su carrera acuñó el término “Hoodie Melo”, que era una versión de él mismo usando capucha, infalible en los tiros.