Entre los peloteros cubanos que han fallecido de forma trágica estando activos y en la plenitud de su carrera, un nombre que resulta inolvidable es el del jardinero matancero Lázaro Contreras López.
Este jugador nació el 26 de agosto de 1962, en el municipio de Jovellanos. Para algunos expertos era considerado un jugador “cinco herramientas”. Excelente corredor, bateador de tacto y fuerza a la vez, gran fildeador en el jardín central y un potente brazo.
Su debut tuvo lugar en la 20 SNB (1980-1981), en la que promedió para .287 en 51 partidos. Estuvo en la preselección nacional a partir de 1984, participando en topes en Panamá y Nicaragua.
Lázaro Contreras: su participación en equipos Cuba
Incluso fue de los últimos eliminados con vistas al roster final para la Serie Mundial Amateur de La Habana, ese propio año.
Al año siguiente participa en la Copa Panamericana Simón Bolívar, en el Meteoro de la Confraternidad y en la Copa Intercontinental con sede en Canadá. Ahí sustituyó a Víctor Mesa debido a la operación que se sometió el villaclareño, tras fracturarse una de sus extremidades en un juego de exhibición ante Estados Unidos. Bateó sobre .400 y llamó la atención de varios cazatalentos.
Su última aparición extranfronteras fue en gira por Japón en 1986, donde resultó el más destacado del conjunto caribeño conformado por jugadores menores de 25 años.
Tras su regreso a Cuba, Contreras, de carácter alegre, cometió el “grave delito” de no ir directamente a su casa y permaneció un día más en La Habana antes de retornar a Matanzas. La esposa, y madre de su hijo, le había advertido, en no pocas ocasiones, que no le perdonaría una infidelidad más.
Según testimonios de algunos compañeros, Contreras llegó pasado de tragos a su hogar, y ella esperó a que se durmiera. La señora tenía un galón de gasolina escondido, se lo echó encima, sobre todo en sus genitales, y le prendió fuego.
Él sobrevivió, sufrió quemaduras en el 67 % de su cuerpo, pero al verse imposibilitado de jugar béisbol, de por vida, y sabiendo que había perdido órganos sensibles de su cuerpo, no resistió, fue involucionando por día hasta que falleció.
En solo seis SNB bateó .299 (616 hits en 2057 veces al bate), con 93 dobles, 54 jonrones y 259 carreras impulsadas. La madre de Contreras, ya fallecida, decía que él le había dicho que esa noche tenía un mal presentimiento y no quería ir para su casa. Su muerte ocurrió finalmente en un hospital de La Habana, el 7 de junio de 1986, con apenas 23 años de edad.
El desenlace de la “amantísima esposa” de Lázaro Contreras tampoco resultó agradable.
Fue condenada a 20 años de privación de libertad, y, curiosamente el día en que le fue otorgada la libertad, se encaminó a una estación de trenes para abordar el que la trasladaría a su destino final. Cuentan que, accidentalmente, cayó del andén y, en el percance, perdió una pierna.
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