Quizás para muchos no resultará un hecho muy llamativo pues a diario en nuestra serie suelen producirse acontecimientos poco comunes, como ver a un árbitro trabajar con otra identidad, por lo cuál podía esperarse esta jugada dentro de un Nacional Juvenil de Béisbol.
Desde el viernes el estadio Calixto García Iñiguez de la cuidad de Holguín acoge la semifinal oriental del Campeonato Nacional Juvenil de Béisbol con la presencia de cuatro conjuntos, Santiago de Cuba, Camagüey, Santi Spirítus y los locales en busca de dos plazas para la Gran Final.
Como suele suceder en una isla donde los peloteros salen de cada esquina, el torneo exhibía un grupo de talentosos jugadores con grandes cualidades: fuerza, buena velocidad en el corrido de las bases, excelente comando de pitcheos, con los cuales lucía mucho más atractivo por instantes que la mismísima Serie.
No obstante a esto, el cierre del evento tuvo una jugada imprevista con la cual muchos de los presentes a la instalación deportiva en la jornada de este domingo, entre los que me incluyó, quedaron un tanto confundidos.
Boleto intencional con bases llenas decreta la derrota en Nacional Juvenil
Los holguineros en el partido del cierre se jugaban frente a los Gallos el último puesto a la Gran Final del Nacional Juvenil. Una hipotética victoria de los jóvenes cachorros les garantizaba cumplir el objetivo, pero una derrota traería consigo un triple empate en el cierre de la tabla de posiciones.
Después de un gran duelo de lanzadores entre Luis Miguel Rodríguez y Leandro Forteza el encuentro llegó con igualdad en la pizarra a la octava entrada donde se aplicó la famosa regla Ibaff. En ese instante al recibir cero en su parte alta Holguin se colocaba a las puertas de una dolorosa derrota y de paso podrían en peligro su clasificación.
Con bases llenas y dos out en la pizarra el manager del plantel acudió al montículo para conversar con el lanzador y parte de los jugadores de cuadro en busca de brindarle “confianza” ante la difícil tarea de la entrada.
Sin embargo para sorpresa de muchos tras conectar dos foul el bateador, la dirección decidió concederle un boleto intencional, decretando de esta forma la derrota para los sabuesos y de paso creando una gran hola de confusiones entre la afición y parte incluso de los propios jugadores.
¿Cómo puede una dirección regalar la carrera de la derrota? ¿Acaso no estaban conscientes de lo que traería consigo ese boleto?
Para muchos era una decisión absurda, pese a esto el alto mando holguinero tenía una carta sobre la manga que aclaraba toda esta situación.
Con la anotación de tercera y a la postre la derrota, el marcador final 2-1 les aseguraba al equipo concluir primero en el desempate y con eso quedarse con el pasaje para la final.
La inusual jugada tenía entonces una explicación, con poco convencimiento para muchos porque ¿a quién le gusta perder y más sin sudar el uniforme? Era preferible dar la orden de realizar un lanzamiento salvaje para forzar la anotación, pero ante el peligro de perder la clasificación esa fue la opción elegida.
Sin dudas cada jornada nos regala una nueva sorpresa en el béisbol cubano y en esta oportunidad fue una que en mi opinión, muy poco se ha ocurrido.
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