De antemano confieso que fui uno de los grandes defensores de que la selección cubana de fútbol viajara a Rusia para disputar un partido amistoso ante una selección de un nivel muy superior. En el camino el crecimiento los equipos de medio y bajo nivel como es el caso del nuestro, por mucho que cueste digerirlo, es necesario recibir «golpes», enfrentar a escuadras superiores y, cuando se logre competir ante cualquiera, el trabaja habrá dado por fin sus frutos.
Y no digo competir como muchas personas quizás lo interpretan, desde la perspectiva, por ejemplo, de lucharle un empate a elencos como Chile, Uruguay o Rusia, sino defender con ahínco un sistema de juego, ponerle las cosas difíciles al rival aunque el partido termine por goleada. Por desgracia, no ha sido así. El único de los tres partidos ante históricos que dejó algunos destellos fue el del Centenario de Montevideo y con otro entrenador que ya no está.
Ayer cuestionábamos en esta misma plataforma la más que polémica convocatoria del técnico Yunielys Castillo para el choque de Volgogrado. Y el tiempo ha terminado dándonos la razón, porque teníamos un espectáculo tan bochornoso como el vivido la tarde rusa de este lunes (mañana de Cuba), con una auténtica paliza de 8-0, en la cual el resultado fue un reflejo fiel de lo vivido en la cancha.
Probar a otras figuras está muy bien y Y en este caso el entrenador quizás tuvo una idea positiva. Pero en el mundo entero los experimentos se hacen dejando fuera a los menos habituales y trayendo a otros que pudieran conseguir un rendimiento que los incluya en venideras convocatorias. Ir a Rusia sin varias de las figuras llamadas a guiar el transito en las eliminatorias mundialistas ha sido una idea macabra.
Por supuesto, el partido ha estado marcado por aspectos extradeportivos de diversa índole, desde la pregunta sumisión a la AFC que muchos pregonan necesaria para que un futbolista sea convocado (desconozco si es cierto o no, aunque a estas alturas nada me sorprende), hasta el matiz político del amistoso.
Y en medio de todo eso me viene a la mente la pregunta de si es necesario exponer al joven elenco cubano a sufrir una humillación como no vivida en la tarde de este lunes, o incluso si se puede sacar algún detalle positivo para el trabajo futuro, cuando quedó demostrado que en la selección falta más que todo, talento.
Si se quiere modificar para probar cosas nuevas es incomprensible que un hombre como Dariel Morejon, con marcados problemas defensivos, haya jugado como central en un país que cuenta con nombres como Carlos Vázquez, Modesto Mendez, Arturo Diz Pe, Jorge Luis Corrales y otros que no estuvieron por los motivos que fueran, pero que son, seguramente, ajenos a la voluntad de los propios futbolistas.
Y ese es solo un ejemplo aislado. El fútbol cubano sigue con deudas en cuanto a planificación y proyecto y eso es lo más difícil de aceptar.
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3 comentarios
Creo q era necesaria para desnudar nuestras profundas lagunas. Ahora bien d aquí en adelante depende d q proyecto de trabajo se trazará la AFC, si pretende cambiar su plan de trabajo o decea continuar tal y como estamos
Cualquier jugador cubano ansía un viajecito a Rusia y más cuando los rusos son los que pagan.
ESO ERA DE ESPERAR NO SE CUAL FUE EL OBJETIVO DE ESE VIAJE QUE PENA….