Dicen que la historia la escriben solo los vencedores. Si bien lo más alto del podio olímpico no reservó espacio para el santiaguero Rafael Alba Castillo, su relevancia dentro del taekwondo cubano es incuestionable. Él se despidió de París como el mejor de esta disciplina en la mayor de las Antillas.
Una veloz mirada a su recorrido protector y casco en su cuerpo nos demuestra la enorme capacidad de aprovechar las segundas oportunidades. En ese sentido nadie debe agenciarse el derecho de recriminarle el no poder unirse al holguinero Matos como los únicos con presea dorada en citas estivales.
A la misma altura con la cual su pierna marcó puntos fundamentales tras impactar en la cabeza de sus oponentes se encuentran los galardones recopilados durante más de una década encima del tatami. El caribeño burló estilos europeos o asiáticos para hacer caer a las figuras de mayor prestigio.
Lo visto en el majestuoso Grand Palais de la ciudad luz ratifica su permanencia en la élite dentro del cuadrado de ocho por ocho, donde la bandal ordena. Tras disputar dos o tres asaltos de dos minutos cada uno,Rafael Alba cerró un ciclo de victorias frente a quienes si han podido saborear el oro y la plata olímpica.
Desde su victoria en 2013 ante el chino Ma Zhaoyong en la final del Campeonato Mundial de Puebla, México, el cubano lanzó señales a todos los continentes del nacimiento de un portento. En tierras aztecas se bañó de metal dorado en más de una ocasión a distintos niveles.
Su letal Naco Chagui se paseó también por los Juegos Centroamericanos de Veracruz en 2014, quizás un certamen menor respecto a otros, pero solo quizás. En Querétaro 2016 y Cancún 2021 sus rivales le vieron triunfar en el Panamericano del deporte.
Dos estadounidenses se rindieron frente a sus largas extremidades. Primero fue Stephen Lambdin, siendo el segundo uno de sus grandes archirrivales a lo largo de su carrera, Jonathan Healy. Puede que este último le haya empañado su palmarés al derrotarle en la final de Lima 2019, uno de esos momentos que seguramente Rafael Alba no olvida.
Por cierto, aquel título del antillano en Puebla se unió al de Glenhis Hernández, así como tres medallas de bronce que permitieron a Cuba ser segunda por países. Y mientras muchos hacen caso omiso de forma inaceptable dicho dato, también ocurre con el tercer puesto ecuménico del santiaguero en Cheliábinsk 2015. Ahí volvió acompañarle con ese mismo color de metal Robelis Despaigne.
Caer contra el campeón del mundo de +87kg Dimitriy Shokin (Uzbesquistán) en la cita olímpica del gigante sudamericano sin que éste pudiera arrastrarle resultó un golpe doloroso para el brillante taekwondoka nacido en la mayor de las Antillas.
Ranking a un lado, una lista en la cual el nuestro pudo siempre desde lo deportivo ubicarse entre los mejores, durante 2019 y 2020 en América su reinado no conllevó debate. Salvo lo visto en Perú, al viajar hacia Manchester Healy, Siqueira y Sansore sucumbieron ante un Alba imperial.
El santiaguero resultó la tabla de salvación de Cuba en un campeonato mundial en el cual el resto de sus compañeros no lograron avanzar mas allá del primer combate. Rafael Alba triunfó con categoría en tierras inglesas luego de dejar en el camino a cinco oponentes, entre ellos los antes mentados.
Un open en 2020 con sede en Turquía fue la justificación perfecta para saldar cuentas pendientes. El azerí Radik Isayev terminó siendo una de las víctimas de Rafael Alba en aquel torneo otomano. Si no lo recuerdan, hablamos de un titular olímpico y mundial años antes.
Durante dicho evento también venció a Dejan Georgievski. Eso sí, el macedonio se vengó del cubano bajo los cinco aros en la capital japonesa. No obstante, le arrastró al repechaje y ahí Rafael Alba no perdonó. Otra vez por medalla un rival del gigante asiático. Hongyi Sun recibió la ira de Rafael a segundos del final.
En París, dos años antes del encuentro olímpico, el indómito tachó nombres necesarios en su agenda. Shokin y Cheick Cissé quedaron en el camino después de caer en combates categóricos contra un Alba decido a ratificar su condición de taekwondoka referencia. En la final, un Ivan Sapina a quien volvería a ver en la misma ciudad más adelante.
Rafael Alba y su paso por París 2024
De vuelta al Grand Palais, Rafael Alba vivió una historia similar a Tokio. Tuvo que depender del arrastre luego de ser derrotado por el joven británico Cunningham. Y como en tierras niponas, no desaprovechó la oportunidad de retirarse del deporte activo con todos los honores.
Issoufou, atleta de Niger subcampeón olímpico en Río 2016 era el primer obstáculo al podio. Fue necesario un tercer asalto en el tatami, pero la clase de Rafael Alba brotó nuevamente con su letal patada de tres puntos. Por el bronce, el croata Sapina.
Al balcánico no lo perdonó y a diferencia de combates anteriores el cubano asumió el protagonismo desde el comienzo. Quizás Rafael Alba, sabedor que estaba viviendo su adiós, utilizó su arsenal técnico con la efectividad de siempre y sin descanso para una despedida a la altura de un campeón.
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