El holguinero Osvaldo Fernández Rodríguez y el habanero Osvaldo Fernández Guerra, son dos lanzadores que alcanzaron el éxito en el beisbol cubano. Comparten el mismo nombre sin mediar vínculos familiares entre ellos y, posiblemente, sean el caso más icónico en este sentido en la década de los 90 del pasado siglo.
Diferenciarlos era muy simple con solo verlos, el oriental era un monticulista derecho, mientras que el capitalino tiraba con su brazo siniestro. Ambos lograron llegar al equipo nacional y luego salieron del país con vistas a buscar grandes resultados en el sistema de la MLB.
Osvaldo Fernández Rodríguez fue un asiduo integrante del combinado cubano, siendo monarca en los Juegos Panamericanos de La Habana 1991 y Mar del Plata 1995, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Ponce 1993, la Copa Intercontinental de Italia 1993, la Copa Mundial de Nicaragua 1994 y los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
La historia puso en su camino ser el autor del primer éxito de la Mayor de las Antillas en el béisbol de las Olimpiadas, superando 8×0 a República Dominicana, el 26 de julio de 1992.
En el patio llegó a lanzarle un juego de cero hit cero carrera a los Metropolitanos, precisamente en 1992, mientras que obtuvo varios liderazgos en importantes departamentos.
En julio de 1995 abandonó el plantel cubano durante el tope con la escuadra de los Estados Unidos, en Millington. Jugó cuatro campañas en la MLB (Gigantes de San Francisco: 1996-1997 y Rojos de Cincinnati: 2000-2001), logrando 19 victorias, 26 derrotas, 208 ponches y PCL de 4.93.
Las lesiones golpearon su carrera en ese prestigioso circuito, lanzando sus últimas pelotas en la Liga Mexicana en el 2005.
Por su parte, Osvaldo Fernández Guerra resultó el mejor pitcher zurdo en el Campeonato Mundial Juvenil de Venezuela 1982, aquel donde Cuba llevó una nómina llena de futuras estrellas como Omar Linares, Antonio Pacheco, Javier Méndez y René Arocha.
No fue menos que su tocayo holguinero y también se apuntó un no hit no run en Series Nacionales, en 1988, ante Citricultores. Su presencia en la selección principal de Cuba fue por menos tiempo, teniendo su momento cumbre en 1990, cuando ganó el oro en los Juegos de Buena Voluntad de Seattle y la Copa Mundial de Canadá.
Los Osvaldo Fernández coincidieron en un equipo Cuba
Por primera y única vez coincidieron los dos Osvaldo Fernández en un mismo plantel, en los Juegos Panamericanos de La Habana 1991. En 1993 abandonó una escuadra participante en un torneo en Curazao, junto con el también capitalino Luis Alberto Álvarez Estrada.
Fue firmado por los Marineros de Seattle y estuvo en planes del manager Lou Piniella para jugar con el elenco principal durante la huelga de los peloteros que tuvo lugar entre agosto de 1994 y abril de 1995 pero finalmente ello no sucedió.
En 71 juegos lanzados en Ligas Menores (1994-1998) exhibió récord de 27-18 y un PCL de 4.00, con 338 ponches en 359.2 entradas. En 1999, jugando en la Liga Mexicana con los Sultanes de Monterrey y Saraperos de Saltillo, tuvo marca global de 3-5, con 4.77 de PCL y 47 boletos en 53 entradas de labor.
Las lesiones también incidieron en los años finales de su carrera, una que, sin llegar a la cima del béisbol como sí lo hizo el holguinero, tuvo méritos inobjetables para tener un mayor reconocimiento a la hora de hablar de estelares lanzadores siniestros en el béisbol cubano.
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