Una epica que pasara a la historia como un clasico de la serie mundial moderna
Lo que comenzó a las 5 pm hora local, lleno de estrellas dentro y fuera del terreno, parecía ser como un enfrentamiento más en la Serie Mundial, se transformó rápidamente en una maratón de movimiento en las bases, ejemplos academico de relevos desde los jardines, jugadas cuestionables en cuanto a movimientos de bancas y dominio absoluto en la loma por ambos bandos, que dejó a aficionados y jugadores al borde de sus asientos y sin poder dormir.

Este juego 3 fue una odisea de 18 entradas que rompió récords y desafió la resistencia humana en todos los sentidos. Con una duración de 6 horas y 39 minutos, convirtiéndose en uno de los encuentros más largos jamás jugados.
Los cerpentineros de la noche fueron incansables y eficientes, al usar un total de 19 lanzadores pisando el montículo por ambas escuadras y combinarse para ejecutar un total de 609 lanzamientos y así vaciar completamente los bullpens de ambos equipos. Por el lado de los Dodgers, el legendario Clayton Kershaw también vio acción, añadiendo otro capítulo a su ya ilustre carrera en postemporada. La situación llegó a tal extremo que los abridores Yamamoto (solo con un día de descanso después de lazar juego completo en Toronto) y Bieber (abridor pautado para el 4to juego de la serie) ya estaban comenzando su proceso de calentamiento para estar listos si el momento ameritaba sus apariciones.
Cada swing, cada foul, era una gota en un océano de tensión para los presentes en Dodgers Stadium (más de 50 mil aficionados y expertos del medio), Rogers Centre (los azulejos abrieron las puertas del domo para un “Watch Party”, mas de 30 mil fanaticos asistieron a las inmediaciones del estadio para disfrutar del encuentro en la pantalla gigante del domo) y los millones siguiendo el juego por redes sociales y cobertura de televisión.
Los bates también trabajaron horas extras, registrando 130 turnos al bate a lo largo de la interminable noche. Entre las figuras destacadas, el fenómeno Shohei Ohtani fue el centro de atención, recibiendo, cifra récord, 4 bases por bolas intencionales (IBB), después de conectar 2 cuadrangulares y 2 dobles, para un total de 9 ocasiones que la estrella japonesa estuvo en movimiento en las bases.
La ofensiva también rompió records, un total de 5 cuadrangulares, los cuales terminaron con la expresión máxima del juego, el walk-off por parte del primera base estrella Freddy Freeman, convirtiéndose el primer jugador en la historia en conectar 2 cuadrangulares para definir encuentros de la serie mundial, para darle la victoria 6-5 a los locales.

Pero no todo fue drama y estadísticas. En un giro inesperado que solo la Serie Mundial puede ofrecer, un personaje muy familiar hizo una aparición sorpresa en las gradas: ¡Waldo! Sí, el escurridizo personaje de rayas rojas y blancas fue avistado entre la multitud, añadiendo un toque de diversión y misterio a una noche ya inolvidable.
Este Juego 3 será recordado no solo por su duración y las proezas atléticas, sino también como un testimonio del espíritu indomable del béisbol y de la impredecible magia que lo rodea.
La Serie Mundial continúa, pero el eco de esta batalla épica resonará por mucho tiempo.
Hoy se espera que se escriba otra página en la historia de Ohtani, ya que hoy sube a la loma para enfrentar a Shean Bieber, y podría poner en jaque esta serie para los eléctricos de California.
Dato clave para las esprarde los canadienses: el toletero George Springer salió lesionado durante el transcurso del juego 3, y su continuidad en la alineación está en duda para el 4to juego.

