Detroit Tigers fue el mejor equipo en toda la MLB desde el 10 de agosto. Sus chances de clasificar para esa fecha eran del 0.2%. Nadie sabe que encendió la chispa, pero está dejando fuera a un equipo como Houston Astros.
Por los locales Hunter Brown respondió a la confianza de su manager. Durante cinco y dos tercios de labor recetó nueve ponches, permitió solo dos indiscutibles y par de boletos. Su único desliz, un lanzamiento que Parker Meadows logró conectar fuera de los límites del Minute Maid Park en la alta del sexto capítulo.
Astros no dio mucho tiempo para festejos, complicándole la entrada de la suerte al quinto relevista de Detroit Tigers, el prospecto Jackson Jobe. Tal vez la inexperiencia mezclada con algo de mala fortuna le jugó en contra al lanzador. Lo cierto fue que Houston llenó las almohadillas y anotó el empate por filder choice y la ventaja con fly de sacrificio de José Altuve. Todo parecía indicar que habría un tercer juego, pero A.J Hinch y sus tigres tenían reservado lo mejor para el final.
Andy Ibáñez, el héroe de Detroit Tigers
La riposta de Detroit Tigers tampoco demoró, explotaron del montículo a Ryan Pressly en el octavo para igualar el marcador. Ahora, con el cerrador zurdo Josh Hader, llegaría el turno como emergente para el cubano Andy Ibáñez con las bases llenas.
Tuvo que enfrentarse a cinco sinkers a más de 95 mph del cerrador de Astros. Llegó a estar por debajo en el conteo con una bola y dos strikes. Aun así, logró conectar una línea a 105.1 mph hacia el jardín izquierdo para que Detroit Tigers tomaran ventaja definitiva de cinco carreras por dos. “(…) el mejor turno de mi vida”, comentó Andy Ibáñez para la cadena ESPN.
“Así es como lo hemos hecho todo el año”. Dijo A.J Hinch después del juego sobre el turno de Ibáñez. “Este no es un estilo diferente porque estemos en los playoffs o buscando una victoria”.
Durante toda la temporada Ibáñez asumió el rol de enfrentar a lanzadores zurdos. Ya sea como regular ante un estelar abridor de la mano contraria o entrando de cambio. Su línea ofensiva frente a zurdos fue de .292/.357/.445 (AVE/OBP/SLG) en 154 comparecencias, lo que contrasta con un discreto .161/.189/.218 cuando se trataba de un derecho en el montículo.
“Tan pronto como llegué a la segunda base, vi a los fanáticos de los Tigres en la parte superior de nuestro dugout, y fue un momento muy conmovedor y emotivo”, expresó Ibáñez en conferencia de prensa tras el segundo juego del Wild Card.
El efectivo “pitching chaos” de Detroit Tigers
Ningún bateador de los Astros se enfrentó más de una vez a un lanzador de Detroit Tigers. Fueron siete pitchers en nueve entradas por los vencedores. Ninguno de ellos sacó más de cinco outs. Kyle Tucker y Yordan Álvarez enfrentaron siempre a lanzadores zurdos excepto por un turno frente a Beau Brieske. Todo fue premeditado, parte de un plan que han estado empleando desde agosto.
Sobre esta estrategia el manager de Los Astros comentó: “Esto crea desafíos como equipo, porque estás viendo diferentes brazos, diferentes ángulos, diferentes cosas, diferentes situaciones del juego”.
A.J. Hinch ganó el duelo contra su ex equipo, primero con un as como Tarik Skubal y al segundo día con un desconcertante manejo del bullpen. “¡Quién sabe lo que vamos a hacer!”, dijo Hinch. “Una de las cosas de las que nos enorgullecemos es que somos impredecibles, y nuestros jugadores lo aceptan y eso conduce al éxito”, añadió.
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