El entrenador Raúl Trujillo Díaz ha dado su vida al movimiento deportivo cubano. Un hombre que se ha encargado de formar a cientos de campeones que han triunfado tanto en Cuba como fuera de la isla.
Una vez concluido los Juegos Olímpicos de París, Francia, el jefe técnico de la lucha grecorromana no ha dudado en pronunciarse acerca de la necesidad de cerrar ese ciclo. «Quiero dedicarle parte de lo que me pueda quedar de vida a mi familia, sobre todo a mi esposa que ha sido la persona más importante en todos estos resultados que he conseguido», dijo para Radio Rebelde.
Además, amplió que el sacrificio es grande y desea descansar de esa presión: «no es fácil madrugar todos los días para tratar de no llegar ni un solo minuto tarde a los entrenamientos. Es un trabajo muy desgastante y ya tengo 71 años», concluyó el matancero.
Raúl Trujillo: 46 años como entrenador
Raúl Trujillo tuvo sus inicios de entrenador con el combinado nacional juvenil tras su retiro como atleta en el año 1978. Después laboró en la EIDE de su natal provincia, Matanzas, como metodólogo y jefe técnico de la comisión nacional de luchas hasta llegar a convertirse en el principal del equipo nacional de lucha grecorromana en el 2015. Ahí tomó la tarea de suceder a otro grande como Pedro Val.
Sus resultados no se hicieron esperar y justo al año siguiente debutaba en los Juegos Olímpicos de Río 2016 logrando una actuación formidable al agenciarse tres preseas. Esa regularidad de buenos resultados la mantuvo hasta la recién concluida cita de París 2024, cerrado una carrera como entrenador extraordinaria.
Un total de nueve medallas (5 oros, 1 plata y 3 bronces) en los últimos tres Juegos Olímpicos, decenas en Juegos Centroamericanos, Panamericanos y Campeonatos Mundiales, lo convierten, junto al antes mencionado Pedro Val, en uno de los mejores entrenadores de los todos los tiempos en esta disciplina.
La lista de grandes luchadores que formó es inmensa: Ismael Borrero, Yasmany Lugo, Luis Alberto Orta, Reinieris Salas, Gabriel Rocillo, Oscar Pino, Yasmani Acosta y el mismísimo Mijaín López. Precisamente, Raúl fue clave en que el ‘Gigante de Herradura’ siguiera siendo exitoso al estar involucrado en tres de sus cinco títulos Olímpicos.
Se va por la puerta grande habiendo cumplido con creces su tarea de poner la lucha grecorromana en lo más alto del deporte cubano. Raúl Trujillo merece recesar, y a su vez ser reconocido por tan valioso aporte al movimiento deportivo nacional.
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