Yunesky Maya ha lanzado en diferentes sitios del mundo y en casi todos ha brillado desde que saliera de Cuba, país en el cual fue habitual en los equipos nacionales y estrella de uno de los principales cuerpos de lanzadores de la serie, el de los Vegueros de Pinar del Río. En entrevista con Pelota Cubana, cuenta una anécdota muy especial que le ocurrió con el voleibolista Robertlandy Simón.
«Es una historia bonita y la voy a contar. Estamos jugando en Corea a la par de la liga de voleibol de allá que es muy buena. Recuerdo un momento en que siento a todo el mundo hablando «Simon, Simon, Simon», sin acento ni nada. Yo me estaba dando masajes en el hotel, en una habitación que es para masajes y funciona por horarios. Cuando miro, veo en una cámara la foto de Robertlandy Simón», rememora el lanzador pinareño.
«Yo lo conocía pues habíamos viajado juntos en Centroamericano y Panamericanos y habíamos incluso jugado dominó en los viajes, por lo que teníamos una amistad. Cuando no jugábamos íbamos a apoyarlos a ellos y viceversa, así que existía cierta química. Entonces saber que estaba en Corea fue como, «ño, tengo que verlo», cuenta Maya.
Y añade que le comentó a su traductor que le dijera al de Simón que quería saludarlo. «En ese momento estaba en un partido pero aseguró que me llamaría al concluir y así fue. Al encontrarnos empezamos a hablar e hicimos la conexión para que el jueves él tirara la primera bola en el estadio, imagínate, había acabado de ser campeón en el campeonato de allí, ese tipo moreno de 2,06 o 2,08, un show, el tipo más famoso de Corea, y me dijo que claro, que sin líos iría», narra Yunesky Maya.
«Al llegar vino para donde yo estaba, ya había visto como le hacían el uniforme con su número, conversamos y sentí las buenas vibras que había sentido años atrás en Pinar del Río con Linares, Lazo, Luis Giraldo, Contreras, salí a calentar, vino el juego, el himno, lanzó la primera bola y me abrazó y alentó , te confieso que me erizé, fue algo bien bonito», dice antes del colofón de la anécdota.
Y entonces llega lo más interesante de toda la historia de Yunesky Maya:» Ese juego me lo abrieron con dos líneas duras, aunque de frente, pero después fui caminando y ese mismo día en que él tiró la primera bola, fíjate qué bonito, salió el no hit no run. Cada inning yo miraba para allá y él como que no se lo creía, fue algo muy especial, con excelentes vibras y salió. Yo si el día de mañana tengo que lanzar la primera bola en un partido y sucede algo histórico , sería súper gratificante. No lo olvido».