La hermosa historia detrás del triunfo de Sha´Carri Richardson en Budapest

La carrera de los 100 metros planos del sexo femenino en el Mundial de Budapest volvió a dejar pinceladas dramáticas. Parecía un duelo de dos entre las jamaicanas Shelly-Ann Fraser-Price y Shericka Jackson hasta que a escasos metros de la meta, quizás 20 o 30, apareció la estadounidense Sha´Carri Richardson y las remató a ambas en un triunfo de época. No se dio por vencida jamás la norteamericana y rompió la dinastía caribeña con una riposta de las que se recuerdan por un buen tiempo.

Corrió por el carril nueve y desde allí hizo una carrera monumental de 10.65 segundos que constituyen el mejor tiempo de la actual temporada y además plusmarca para los campeonatos del mundo. Entre las dos jamaicanas acumulaban una enorme cantidad de lauros en los cuales no creyó Richardson. Este tipo de historias son las que llenan de espectáculos a certámenes universales.

CHAMPIONSHIP RECORD

🇺🇸's Sha'Carri Richardson storms to golden 100m glory in 10.65 🤯#WorldAthleticsChamps pic.twitter.com/BzwBG0MINR

— World Athletics (@WorldAthletics) August 21, 2023

La sorpresa dejó perplejas a las gradas del Centro Nacional de Atletismo, a orillas del río Danubio, porque por el centro de la pista iban las grandes favoritas, las corredoras de mayor experiencia y las que saben, incluso las que acostumbra, a ganar y no ser vencidas por jovencitas como Sha´Carri, que tuvo el valor para superarse a sí misma y a leyendas de esa modalidad.

Jackson concluyó a la postre con un buen tiempo de 10.72, mientras Fraser entró en la tercera posición con 10.77. Sin dudas, se trata de una de las mejores, sino la mejor carrera de 100 metros en la historia de los eventos mundiales. Sha ´Carri, trascendió en los medios, es una chica con fuertes problemas emocionales, que en su día quiso suicidarse, y este lunes besó la gloria no solo remontándole a sus oponentes, sino en un ejemplo de riposta personal.

Son intrahistorias de eventos que dejan imágenes para el recuerdo como el soberbio disparo en su último intento del multilaureado discóbolo sueco Daniel Stahl, que se vio prácticamente vencido por el checo Kristijan Ceh y cuando todo el mundo daba por concluida la prueba, lanzó el implemento hasta los 71,46 metros, el primero de los dos récords para campeonatos del orbe de la tarde.

Stahl había visto como Ceh le arrebataba el oro en el último de sus intentos e, impávido, salió al círculo, consiguió lo mejor que se ha conseguido jamás en un Mundial de Atletismo y salió con un paso lento y rostro inexpresivo, para ratificar aquello de que la precesión va por dentro. Otra riposta para la historia. En este caso, sí pesó la grandeza labrada a lo largo de los años por encima del ímpetu del checo.

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