La tercera semana de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) 2025-26 se cerró con unos Tigres de Aragua, bajo el mando de Ozzie Guillen, afianzados al tope de la tabla de posiciones y como el equipo a batir en esta temporada, mientras que la afición de los eternos rivales ve con preocupación a la profunda crisis que los tiene desubicados y buscando rumbo en el sótano de la tabla.
Los bengalíes están incontestables
Los Tigres de Aragua son los primeros en llegar a los doble dígitos en victorias (11-4) y se consolidan como el club más sólido de la liga con un promedio de victorias de .733. La novena aragueña ha logrado combinar un oportuno bateo (equipo con mejor promedio con corredores en circulación) con picheo constante que los ha permitido que estén tán metidos en todos sus encuentros para que la ofensiva haga sus trabajo y llevarse la victoria.
Les siguen en el tope de la clasificación los Águilas del Zulia (8-6) y los Bravos de Margarita (8-7), quienes han mostrado un juego consistente y efectivo, manteniéndose cerca del liderato a pesar de algunas caídas recientes que los deja 2.5 y 3 juegos de la punta respectivamente.
El sótano de la tabla se pinta en una cueva en el océano
En el extremo opuesto, la situación es crítica para los Navegantes del Magallanes (5-9), quienes no han logrado levantar cabeza, solo ante su eterno rival propinándole para de reveses, pero aún se ubican en el sótano de la clasificación. Compartiendo la mala racha semanal, se encuentran los Cardenales de Lara (7-9) y los Leones del Caracas (6-8), ambos luchando por salir del reverso de la tabla en este primer tercio de temporada.
Leones en la mira del cazador
La mayor preocupación, sin embargo, recae sobre los Leones del Caracas (6-8). A pesar de un récord que todavía no los posiciona en el último peldaño de la tabla, la afición y los allegados a la franquicia de la capital, han señalado una crisis de identidad y rendimiento, especialmente en el picheo. La inconsistencia del equipo capitalino, que alterna victorias ajustadas con derrotas dolorosas como la sufrida ante Magallanes y Tiburones, ha encendido las alarmas en el dugout de José Alguacil, y en algunas instancias piden su salida a gritos. El conjunto ha sido señalado por su fragilidad en momentos clave, poniendo en riesgo el objetivo de no repetir el rumbo improductivo que los llevó a la eliminación en la campaña anterior.

En un movimiento que busca desesperadamente un respiro para su staff de lanzadores, en las ligas del caribe y hasta asia, la gerencia de los Leones concretó un impacto en el mercado sin ir más allá de la propia liga y su eterno rival, al soltar ¡El Bombazo Monticular! con la adición del diestro Anthony Vizcaya. Vizcaya, un brazo probado y que ha tenido momentos de brillantez en la liga, llega al equipo para intentar inyectar solidez y confianza a un cuerpo de relevistas que ha sido un verdadero dolor de cabeza para la manada en este inicio de campaña.

Este movimiento representa más que un brazo, es un espaldarazo emocional por un equipo que no consigue respuestas en sus últimas actuaciones, donde han tenido todas las de ganar en varias oportunidades durante la semana y no han sabido transformar ventajas en victorias. Además, demuestra la urgencia en la nueva directiva melenuda por enderezar el rumbo.
La LVBP entra en su cuarta semana con los Tigres marcando la pauta y mostrándose sólido en estas primeras de cambio, creando una presión palpitante sobre los equipos del centro de la tabla para enracharse y darle caza a los bengalíes. Los Leones del Caracas, con un nuevo brazo en el bullpen, tienen la necesidad de transformar la desesperanza que palpita en la fanaticada en victorias para evitar que la crisis se profundice y tomar serias decisiones que pueden perjudicar el futuro inmediato de la franquicia.

