Hace algunos días dije en la televisión cubana una expresión que muchos catalogaron como polémica. Y lo dije, medio en broma, medio en serio, en parte para eso, para generar discrepancias: «me niego a ver la Liga saudí». El actual mercado de fichajes intenta convertir a Arabia Saudita en el nuevo paraíso del fútbol mundial con la incorporación de figuras de primer nivel.
Pese a ello, no mentí. Aún dicho certamen no me genera ni el más mínimo interés. El fútbol, por fortuna, es más que los jugadores, por mucho que estos sean los protagonistas. El fútbol es afición, escenarios, parafernalia… Y en eso, a Europa no le gana nadie. Ni siquiera la pasional Sudamérica.
No obstante, ayer leía un listado súper interesante en el canal de Telegram de Círculo de Espera de jugadores llegados a Arabia Saudita este verano, convencidos, claro está, a puro golpe de talonario:
🇫🇷Karim Benzema (Al-Ittihad)
🇫🇷N’Golo Kanté (Al-Ittihad)
🇧🇷Fabinho (Al-Ittihad)
🇸🇳Kalidou Koulibaly (Al-Hilal)
🇵🇹Rúben Neves (Al-Hilal)
🇷🇸Sergej Milinkovic-Savic (Al-Hilal)
🇭🇷Marcelo Brozovic (Al-Nassr)
🇸🇳Édouard Mendy (Al-Ahli)
🇧🇷Roberto Firmino (Al-Ahli)
🇩🇿Riyad Mahrez (Al-Ahli)
🇬🇧Jordan Henderson (Al-Ettifaq)
🇺🇾Martín Campaña (Al-Riyadh)
A ellos sumemos a Sadio Mané, quien acompañará casi seguramente a Cristiano Ronaldo en Al – Nassr. Que un equipo fuera del Viejo Continente se permita el lujo de contar en su frente de ataque con semejantes figuras, pues la cosa definitivamente va en serio. Incluso queda en el pasado la comparación que algunos intentaron hacer con China, cuando desde el gigante asiático tentaros a futbolistas de renombre que, por demás, en su mayoría fueron allí a retirarse.
Lo de Arabia es una estampida que puede resultar mortal, porque el dinero es una competencia demasiado fuerte para el fútbol, nos guste o no. Y el mercado de fichajes actual nos ha demostrado que no solo los veteranos han decidido dar el paso para terminar sus trayectorias con una buena tajada, sino que futbolistas en pleno rendimiento eligen redoblar o triplicar sus sueldos a incursionar en el primer nivel.
De todas maneras, una cosa es el papel y otra el césped. Habrá que ver cuándo arranquen las Ligas cómo se acoplan los jugadores a una cultura tan diferente como la árabe y si les resulta ventajoso y factible cambiar sus estilos de vida por más patrimonio (recordemos que todos los que van allí tras el dinero, ya son millonarios).
A mí en lo personal me parece algo muy penoso perder del radar a jugadores que un día quise ver en clubes más importantes (Milinkovic Savic, por ejemplo), pero si hasta Cristiano Ronaldo sufrió mi indiferencia este último año en Arabia, a los demás no les auguro un futuro diferente. Por supuesto, no soy el ombligo del mundo y todos los aficionados no tienen por qué compartir mi romanticismo.
Sin embargo, pienso que el enorme poderío económico no le bastará a Arabia Saudita para golpear de manera mortal a Europa en el fútbol europeo. Siempre escuché de la gente mayor que en este mundo solo hay algo más atractivo que el dinero: el poder. Y en analogía deportiva, el poder o lo que sería en este caso el éxito, solo está en la Champions.
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