Cuba tiene un reto mayúsculo ante sí. La selección nacional de fútbol dio hace pocos años un paso enorme en su afán de crecer y soñar en un futuro no muy lejano con clasificar un Mundial, pero entre los pasos que debe dar para conseguir dicho anhelo, ahora mismo aparece uno que llevará un tiempo lograrlo: jugar mejor al fútbol.
Esto pudiera parecer una tarea abstracta. Jugar bien al fútbol no es algo que diga mucho, ni que aclare con especificidades la manera de triunfar. De hecho, muchas veces quien juega bien al fútbol no es el equipo que gana. Pero como premisa fundamental habitualmente desarrollar con efectividad los conceptos básicos de este deporte influye notablemente en la consecución de objetivos.
Todo esto surge a raíz del fracaso de Los Leones del Caribe en el partido amistoso efectuado este domingo ante Chile en el estadio Ester Roa de la ciudad de Concepción. El marcador de 3-0 no es del todo decepcionante si se tiene en cuenta que la Roja de América es una selección de primerísimo nivel en el continente y con historia notable, mas lo visto sobre el terreno dejó varias preocupaciones entre los hinchas al balompié en la Isla.
Primero, por la escasa competitividad del plantel dirigido por Pablo Elier Sánchez, incapaz en ningún momento del partido de incomodar al rival. Perder de forma abrumadora la posición del balón no hubiese sido problema si se hubiesen aprovechado con más eficacia las ocasiones a la contra. Pero el trabajo no parece haber sido del todo fructífero porque los cubanos ni supieron que hacer con el balón ni cómo hacer daño en recuperaciones.
Chile no tenía todo a su figura, pero de todas maneras es un elenco muy superior. Sin embargo cuando un equipo está en fase de crecimiento debe enfocarse en al menos hacer las cosas bien. Y Cuba el domingo, siendo sinceros, no hizo demasiadas cosas bien.
Esto es una crítica constructiva porque hay que reconocer que es el primer partido después de la concentración y ante Uruguay pudiera haber por tener más días para preparar la maquinaria colectiva. También la frialdad (6 grados en Concepción) pudo ser un factor demasiado cruel con los Leones, o la ausencia de hombres clave en el esquema como Karel Espino, Onel Hernández, Dairon Reyes e incluso Jorge Luis Corrales.
La no presencia de estas figuras pudo motivar la irrupción de otras fuera de su posición. Tampoco se le puede pedir peras al olmo. Cuba no cuenta con hombres de primer nivel en todas las posiciones y cuando esto sucede la única solución es improvisar de la mejor manera posible.
Tampoco debió ser el esquema el motivo de la derrota. En absoluto. Al contrario, los partidos amistosos son el momento idóneo para probar y evaluar diferentes variantes. Una selección competitiva ha de manejar varios registros. Hubo un problema mayor, probablemente, y fue la inferioridad técnica individual. Y contra eso, ningún entrenador puede.
Queda ver qué sucede ante Uruguay el venidero día 20 y luego el 27 en el debut de la Copa Oro. Afortunadamente hay un tiempo por delante para trabajar y perfeccionar. El salto de calidad es necesario. Con sinceridad: ¿Me gustó lo que vi de Cuba ante Chile? No. ¿Creo que es motivo para pensar que la selección no da para más? Tampoco. Tiempo y trabajo. No queda de otra.
1 comentario
Cuba necesita un técnico extrajero para la selección , para mejorar el sistema técnico táctico. En los 90 tuvimos un técnico Peruano en la selección y tuvieron Muy buenos resultados , y lo otro dejar a un lado la política y llamar a todos los cubanos en ligas foranea