Las autoridades de El Salvador arrestaron a los presuntos responsables de la estampida humana en el estadio Cuscatlán, que dejó 12 muertos y a una nación en duelo. Entre los imputados por la Fiscalía General de la República destaca el presidente del Alianza FC, el club más emblemático del fútbol salvadoreño.
La Policía Nacional Civil detuvo a Pedro Hernández, presidente del Alianza; el gerente de seguridad del club, Edwin Abarca; la gerente financiera, Zoila Córdova; el gerente general de Estadios Deportivos de El Salvador, Reynaldo Avelar; y el encargado de las llaves del también llamado “Coloso de Monserrate”, Samuel García.
Las pesquisas determinaron que las puertas habilitadas en el Cuscatlán no eran suficientes para el número de aficionados. Se trataba, nada más y nada menos, que un clásico Alianza-FAS. Esta es, por mucho, la más enconada rivalidad en la liga profesional salvadoreña, entre los conjuntos de San Salvador y Santa Ana.
Según los informes, los portones del Cuscatlán no fueron abiertos con la suficiente anticipación para un ingreso ordenado y seguro. “Los organizadores, al agotar las entradas disponibles para el encuentro deportivo, decidieron comercializar ilegalmente boletos emitidos para encuentros anteriores”, afirmó la Fiscalía.
El ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro, adelantó que los detenidos serán acusados por los delitos de Homicidio Culposo y Lesiones Culposas. “Ningún acto criminal o de negligencia en el que se ponga en riesgo o se pierdan vidas humanas quedará en la impunidad”, afirmó el funcionario.
CAOS EN EL CUSCATLÁN
Las imágenes que circularon desde el pasado fin de semana eran estremecedoras. Los cuerpos sin vida yacían en los pasillos del que fuera el estadio más grande de Centroamérica. Los familiares que llegaban al Cuscatlán a reconocer a las víctimas se quebraban. Afuera, algunos aficionados bloquearon el paso de las ambulancias…
Desde las gradas del Cuscatlán, varios profesionales de la salud que acudían como hinchas saltaron a la grama a auxiliar a los heridos. Entre el terror, se dieron imágenes de solidaridad, pero la muerte de 12 personas, todos seguidores del Alianza, selló la peor tragedia deportiva en la historia de El Salvador.
El incidente obligó a interrumpir el partido de vuelta por los cuartos de final del Torneo Clausura 2023. Ante la gravedad del hecho, la Federación Salvadoreña de Futbol (Fesfut) decidió suspender el certamen.
«Hemos determinado dar por finalizado el Campeonato Nacional 2022-23 de El Salvador. Nuestra prioridad será la de asegurarnos que se refuercen las medidas de seguridad en los eventos de fútbol», anunció la Fesfut, una entidad que no sale de un escándalo para entrar en otro.
Como consecuencia, ninguno de los clubes que disputaba esta fase será declarado campeón, aunque al final el Chalatenango bajará a segunda. A su vez, los clubes Águila, FAS y Jocoro representarán a El Salvador en los torneos regionales, si así lo aprueba la Concacaf.
TRAGEDIAS HISTÓRICAS
La historia del fútbol incluye varias tragedias de este tipo, aunque con muchas más muertes. Quizás la más famosa sea la estampida en el estadio de Hillsborough, en la semifinal de la Copa FA entre el Liverpool y el Nottingham Forest, el 15 de abril de 1989. Un error policial derivó en la muerte de 96 aficionados.
La tragedia más reciente y escandalosa ocurrió en Malang, Indonesia, en el clásico nacional entre el Arema FC y el Persebaya Surabaya: la gente se lanzó a la cancha en una estampida que dejó unos 125 muertos.
A su vez, en el antiguo estadio Mateo Flores, ahora Doroteo Guamuch Flores, en Ciudad de Guatemala, el 16 de octubre de 1986 ocurrió una avalancha previa a un partido de eliminatoria mundialista ante Costa Rica, que dejó 82 muertos y 150 heridos, como resultado de la sobreventa de 20.000 boletos.